Tatuadores conocidos: una cuestion de profesionalidad

Los tatuadores tienen que estar pendientes de dar el mejor servicio; no valen las estrellas del rock en esta profesión.

Algunas veces lxs tatuadores, como en todos los mundillos donde hay gente más prominente que otra y en los que se puede conseguir cierta fama de estrella del rock, pueden olvidarse del pequeño detalle de que están prestando un servicio a alguien y que ese alguien es quien le mantiene en ese estatus tan efímero como el próximo influencer de turno. Hay profesionales que distan de serlo porque no mantienen unos códigos básicos de comportamiento y trato con el cliente.

Puntualidad

Tu tatuador no debería llegar tarde de manera reiterada a la cita acordada, ya sea para hablar sobre un diseño o en el día de realizar el tatuaje. A no ser que pasara un accidente o hubiera una justificación lógica para la demora, no debería hacerte esperar, por muy conocido que sea; tampoco debe eternizarse a la hora de hacer el tatuaje, ni salir a fumar cada 15 minutos. Eso sí, de vez en cuando pasan cosas lógicas, como un retraso del cliente anterior, cambios del diseño… que son comprensibles.

La dedicación

Si un tatuador no se siente cómodo tatuando tu diseño, no se ve representado en la idea o no sabe cómo hacerlo de forma que se adapte a su estilo personal, te lo tiene que decir en el momento en el que cuentas la idea y replantearla o decidir que es mejor que aborde el proyecto otro profesional al que se le ajuste más la idea; esto sería lo ideal. El día del tatuaje no te puede intentar colar algo que tú no has pedido, en un estilo que no quieres o alejándose de tus deseos a kilómetros solo porque sea “famoso” y eso es lo que hace. Si ha accedido a tatuar algo y la idea estaba clara, tiene que ajustarse a ella.

profesionalidad tatuador

El trato

Por muy conocido que sea, un tatuador no puede propasar los límites del servicio cliente-profesional. No puede llamarte a deshoras, no puede pedirte fotos comprometidas, no puede acosarte, ni tratarte mal, no debe actuar de manera desinteresada, tiene que darte la información correcta y comportarse de forma profesional, respondiendo a tus preguntas con interés y concisión. Si estos mínimos de conducta no se aseguran, puedes pedir explicaciones a los responsables del estudio.

En el tatuaje todos tenemos derechos y obligaciones, como en la vida. Da igual si eres un cliente, un tatuador que acaba de comenzar o el que ha tatuado a estrellas del deporte internacional, todas las personas estamos al mismo nivel en cuanto a responsabilidades para asegurar que el proceso sea el mejor posible.