¡Escríbenos!

Marcar la piel: la historia milenaria del tatuaje

Marcar la piel: la historia milenaria del tatuaje

A lo largo de la historia, los chamanes y curanderos han utilizado los tatuajes para marcar sus cuerpos con símbolos de significado espiritual. Se utilizaban para ahuyentar a los malos espíritus y protegerse de enfermedades, dolencias y hasta de la mismísima muerte. La imagen de la bruja o el brujo aparecía a menudo en el arte clásico y otros contextos religiosos, además de ser un tema muy popular entre los tatuadores.

SIGNO ANTIGUO

Los tatuajes prehistóricos más antiguos se encontraron en Francia y datan de entre 15.000 y 40.000 años de edad. El tatuaje es una de las artes más antiguas y ha sido practicado desde la noche de los tiempos por la mayoría de los pueblos primitivos de todo el mundo.

Marcar la piel: la historia milenaria del tatuaje

Hace 5000 años un pastor murió en los Alpes y en otoño de 1991 unos montañeros descubrieron su cuerpo congelado, perfectamente conservado. Al examinarlo detectaron que habían unas líneas dibujadas en su piel y fueron descubriendo tatuajes compuestos por rayas paralelas hasta llegar a contar 61.(lee más sobre ötzi aquí)

Marcar la piel: la historia milenaria del tatuaje

Aunque no es posible determinar cuándo surgió el tatuaje con exactitud, sí sabemos que debió ser un proceso con un significado muy profundo. El tatuaje es una forma distintiva de expresión y adorno corporal que ha sido parte integral de la historia humana y es una de las primeras evidencias de la existencia de la civilización.

EGIPTO

En el antiguo Egipto las primeras muestras de tatuajes se dejan ver a principios de la undécima dinastía y pertenecían exclusivamente a las mujeres. Los tatuajes les conferían poderes mágicos y protectores.

Las novias de los muertos, eran consideradas talismanes, estaban tatuadas con diseños formados por líneas y puntos, las novias acompañaban al fallecido a la tierra de los muertos y recurriendo a estímulos sexuales lo revitalizaban.

En 1891 en la Tumba del rey Mentuhotep II descubrieron la momia de 2000 años de antigüedad de la Sacerdotisa Amunet con el abdomen y las piernas llenos de tatuajes con un diseño muy similar al de Las novias de los muertos. (puedes leer Two Tattooed Women from Thebes aquí)

 

CONTINENTE AMERICANO

En América los tatuajes tenían un significado ceremonial y simbólico. Los nativos del norte, se tatuaban para marcar el paso a la madurez y para ayudarles a lo largo de su camino en la vida, brindándoles fuerza y protección. En el centro, eran usados como homenaje a los caídos en batalla y para rendir culto a los dioses, especialmente a los aztecas.

En algunas tribus, los tatuajes eran realizados con herramientas de perforación, como agujas de hueso o de cobre y se utilizaban pigmentos naturales. Los tatuajes eran un aspecto integral de la cultura y la identidad de las tribus nativas americanas y aún se pueden encontrar en la actualidad.

En las costas de Perú se descubrió la «Dama de Cao», una momia de 1500 años, cuyos brazos y manos conservan tatuajes de serpientes, arañas, cocodrilos, monos y leopardos. Se cree que formaba parte de un culto hacia los muertos y que la tinta usada estaba hecha a partir de las cenizas de los difuntos.

ROMA

En los inicios de la Antigua Roma usaban el tatuaje para marcar a los criminales y lo despreciaban. No fué hasta más adelante cuando al ir fundando su imperio, los soldados romanos descubrieron que en otras tierras el tatuaje era usado como símbolo de honor y admirando el temor que sentían al verlos en sus enemigos empezaron a tatuarse. 

En Roma, el tatuaje era un misterio que evolucionó en contra de las creencias y valores sociales, pero a pesar de ello, su popularidad aumentó cuando los soldados regresaron de las guerras, los médicos se convirtieron en artistas del tatuaje y aprovechaban su material quirúrgico para mejorar la técnica.

LEALTAD INQUEBRANTABLE

CRISTIANISMO

Los primeros cristianos pensaban que San Pablo se tatuó como una forma de recordar las heridas de Jesús en la cruz y demostrar así su fidelidad a Cristo, incapaz de empatizar ni comprender la prohibición bíblica contra los tatuajes.

“No te marcarás la piel para honrar a los muertos ni llevarás tatuajes” – Levítico 19: 28

Se señalaban tatuándose pequeñas cruces en el interior de la muñeca, ocultas a los ojos de los nuevos fieles y los romanos. El tatuaje era un compromiso indestructible y su descubrimiento representaba la muerte.

FILE – In this Friday, April 14, 2006 file photo, Egyptian Copts cross their wrists in defiance outside the Saints Church in the Sidi Bishr district of Alexandria in Egypt. Egypt’s Coptic Christians have become the preferred target of Islamic State radicals operating in the Arab world’s most populous nation, seeking to sow discord, undermine President Abdel-Fattah el-Sissi, and split the country. (AP Photo/Ben Curtis, File)

“De aquí en adelante nadie me sea molestado por que yo traigo en mi cuerpo las marcas del señor Jesús “ – Gálatas 6:17

El tatuaje tenía un poder, una gran fuerza, a lo largo de mucho tiempo ha sido irreversible, no representaba solo una marca en la piel, era un compromiso indestructible, un camino sin retorno. 

COPTOS

No hubiera existido el tatuaje en Occidente durante el siglo IV de no ser por los Coptos, una secta de cristianos egipcios que siguieron señalando sus muñecas con cruces y poco a poco acabaron produciendo los tatuajes religiosos más elaborados del mundo. 

Para los Coptos el tatuaje religioso era una forma de expresar un compromiso eterno con la palabra de Cristo. Los tatuajes coptos tienen la iconografía cristiana más compleja que existe.

 

CRUZADAS

Las Cruzadas fueron una serie de guerras religiosas entre los siglos XI y XVII. Los cruzados se tatuaban la cruz de Jerusalén, pues temían morir en la batalla y recibir un entierro cristiano poco piadoso. Tras el final de las Cruzadas, los tatuajes casi desaparecieron de nuevo en Europa.

JAPÓN

La necesidad de tatuarse es universal, como si los tatuajes tuvieran una energía propia, capaz de expresarse en cada cultura, quizá en ningún lugar hay una devoción tan absoluta al arte del tatuaje como en Japón, llegó a través de las rutas comerciales. Aunque al principio se utilizaba como marca de vergüenza para aquellos que se saltaban la ley y eran repudiados por la sociedad, el tatuaje tradicional japonés simbolizaba antes y aún ahora el valor y la fuerza.

En el periodo Edo, Japón estaba dirigido por un gobierno que prescribía la mayoría de las formas de expresión individual, especialmente aquellas con posibles implicaciones políticas. Estas restricciones aumentaron la creatividad de las clases bajas en sus esfuerzos por expresarse.

Los comerciantes entre otros se rebelaron y se hicieron tatuajes integrales que comenzaban en el cuello, se abrían en el torso, les cubrían los codos y se extendían hasta por encima de las rodillas. Esta enorme obra de arte quedaba oculta por la ropa propia de su clase social.

El gobierno Japonés se avergonzaba del tatuaje y lo consideraba un acto ilegal. Tenía la idea de que occidente lo veía ridículo y salvaje. De esta manera los artistas del tatuaje se vieron obligados a ocultarse, trabajando en círculos privados entre personas conocidas u otras avaladas por las anteriores

AINU

El pueblo ainu de las islas septentrionales de Japón tenía una gran variedad de tatuajes faciales, que utilizaba para transmitir una amplia gama de información social y cultural. Destacaban los tatuajes en el cuerpo de las mujeres, sobre todo en la cara y las manos. Lo más característico de esta tribu es una sonrisa artificial dibujada en los labios, que indicaba castidad o pureza y, a su vez, evitaba que las mujeres fueran raptadas por otras tribus.

YAKUZA

Los tatuajes son una expresión del corazón, cuentan una historia profunda, emotiva y hermosa. La tradición japonesa del tatuaje tiene un simbolismo único relacionado con su propia cultura y código de honor. Muchos delincuentes intentaban cubrir sus tatuajes con otros más elaborados, dando lugar a este estilo recargado que se convirtió en parte de su cultura e identidad. Los Yakuzas se enorgullecían de su afán guerrero y ostentaban tatuajes tan elaborados que precisaban de largos periodos de punzadas muy dolorosas, probaban así su fidelidad, el compromiso con su grupo era eterno y el tatuaje era una señal oculta de su honor. 

Con el paso de las generaciones el uso del tatuaje evolucionó, el bodysuit que empezó como una rebelión se convirtió en una obra de arte y una expresión de fe. El tatuaje integral cambiaba con el tiempo, sobre un tatuaje de fondo se iban añadiendo otros, año tras año, todos los diseños se elegían con potentes significados tradicionales, eran mágicos, exóticos y coloridos. La persona que se tatuaba creía que le iba a cambiar la vida o el alma. El tatuaje era la fuerza espiritual y la perseverancia.

CABEZAS CORTADAS

ISLAS DEL PACIFICO SUR Y CENTRAL

El tatuaje llegó a las islas de la Polinesia a través de una antigua ruta comercial. 

Las primeras marcas de tatuajes se remontan a antes del año 1000 a.C., realizadas por los haʻava o samoanos, que vivían en la isla de Marquesas. Tallaban sus diseños en la piel con un hueso afilado, decorándose a menudo con espirales y círculos concéntricos.

A principios del siglo XVIII los navegantes europeos tropezaron con las desconocidas islas del Pacífico, donde los tatuajes eran algo muy común. En cada una de las islas había un diseño distinto que se adaptaba a sus diversas culturas y todas tenían sus propias leyendas para explicar el origen del  tatuaje.

La tinta la fabricaban haciendo un hoyo en el que echaban hojas secas de caña de azúcar, les prendían fuego y las tapaban con pizarra lisa, el humo subía hasta la piedra y la cubría de un carboncillo, lo raspaban y echaban el carbón en polvo dentro de una calabaza hueca. Para terminar mascaban caña de azúcar y la escupían en el carbón para hacer la mezcla. ¿Te imaginas eso hoy?

En Hawai el tatuaje tradicional de luto eran tres puntos en la lengua, en Borneo los nativos se tatuaban un ojo en la palma de la mano como guía espiritual hacia la próxima vida y en Tahití tatuaban las nalgas de negro a las mujeres al pasar de la adolescencia a la madurez y seguian hasta que no quedase una parte de su cuerpo sin tinta. Cuanto más tatuados estaban más respeto les otorgaban.

James Cook registró por primera vez la palabra tattoo en inglés en 1769 durante su expedición por las regiones del Pacifico, tomando del tahitiano el verbo ‘tato’ que significa tatuar

Algunos tatuajes solo eran de adorno, otros señalaban algo importante y otros eran símbolos de agresión para intimidar, como los Maoríes que los utilizaban como estrategia para asustar a sus enemigos en las batallas

En Nueva Zelanda Cook descubrió a los Maoríes, adornados con tatuajes faciales con significados muy concretos, cada zona tatuada de la cara hacía referencia a la familia, al linaje, al lugar de procedencia, a los logros adquiridos. Cuando los europeos pedían a los Maoríes que firmaran tratados y documentos, ellos dibujaban su moko facial que era su firma.

En 1775 James Cook llevó a un hombre polinesio llamado Omai con el cuerpo totalmente tatuado a Europa con la esperanza de reforzar su cultura con nuevos estímulos extraordinarios. 

Omai pertenecía a la realeza en su lugar de origen y tenía un gran aplomo, era una imagen totalmente nueva de una persona indígena con el cuerpo totalmente tatuado. Lo que ocurrió fue dantesco, en torno a 1820 en Europa se compraban cabezas tatuadas de guerreros maoríes, esta moda terrible produjo una carnicería brutal en Nueva Zelanda donde los coleccionistas Europeos cambiaban armas por cabezas tatuadas. El impacto fue tal que empezó a ser difícil conseguir capturar a indígenas Maoríes, ya que estaban acabando con ellos, así que capturaban y mataban a personas para tatuar y vender sus cabezas, no fue hasta 1831 cuando por fin se prohibió la importación de éstas.

TRANSFORMACIÓN DISRUPTIVA

Hacia finales del siglo XIX llegó la era de las máquinas y el tatuaje y sus avances tecnológicos no se quedaron atrás. 

 

ESTADOS UNIDOS Y EUROPA

Nueva York, 1891. Tras años de investigación, Samuel O’Reilly creó la primera máquina de tatuar. Permitía a los artistas trabajar con rapidez y eficacia, reduciendo drásticamente el tiempo y el dolor asociados al proceso. La tecnología eliminó las barreras de entrada y abrió el tatuaje a todo el mundo.

Una máquina de tatuar moderna consta de una carcasa protectora y una fuente de alimentación, éstas suelen estar construidas en torno a un motor eléctrico y un engranaje que se unen a una bobina. Antes de la adopción de la tecnología moderna, los primeros artistas del tatuaje utilizaron máquinas rotativas accionadas a mano, desde la década de 1920 hasta la Segunda Guerra Mundial.

El tatuaje se popularizó con más fuerza a principios del siglo XX. Esta vez, los marineros y las prostitutas se tatuaban a sí mismos como parte de la influencia del Lejano Oriente en toda la cultura occidental. Los tatuajes se consideraron elegantes en los locos años 20 y de nuevo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados que volvían a casa querían conservar sus tatuajes una vez curados, la gente comenzó a afirmar su individualidad y a hacer una declaración social y política.

Tras la creación de la primera máquina de tatuar y el desarrollo de la máquina de tatuar eléctrica, los tatuajes se convirtieron en un signo visible de pertenencia a una comunidad o grupo social. Para entonces, los tatuajes ya no estaban restringidos a los marineros. La creciente popularidad de los tattoos en aquella época atrajo la atención de artistas de toda índole.

La fascinación estadounidense por los tatuajes también llegó al mundo del espectáculo y triunfó en circos ambulantes, carnavales, casetas de atracciones y ferias. Los cuerpos desnudos y tatuados se consideraban más exóticos y diferentes que el clásico blanco americano de clase media.

El atractivo más demandado en aquella época era indudablemente la mujer tatuada. El cuerpo tatuado de una mujer representaba una combinación de seducción y rechazo que resultaba irresistible para muchos. Eran una atracción única debido a su naturaleza erótica y controvertida. 

En torno a 1920 más de 300 personas tatuadas trabajaban en circos Americanos, estos artistas llegaban a cobrar 200 dólares a la semana, un super sueldo por aquel entonces.

En la actualidad, los apasionados del tatuaje se juntan en convenciones alrededor de todo el mundo para celebrar y admirar su arte ecléctico e infinito. El significado cultural del tatuaje, visto como un arte sagrado, ha evolucionado y se ha vuelto tan diverso como los diseños que lo componen.

El tatuaje es una manifestación profunda de nuestra fuerza interna, está en una evolución constante, se nutre de la cultura y la creatividad del ser humano, representa quiénes somos, cómo vivimos y cómo queremos que los demás nos perciban, pocas formas de arte en nuestro cuerpo son tan poderosas como los tatuajes con un futuro cada vez más rico y prometedor.