Un tatuaje, como te habrán dicho varias personas de tu familia y otras a las que jamás pediste opinión, es, efectivamente, para toda la vida (un hijo o una mascota también, pero eso parece que está más aceptado). Así, como te va a acompañar durante mucho tiempo, la idea es mantenerlo lo mejor posible para que luzca fantástico y no envejezca de forma prematura.
Hay que tener en cuenta que el ser humano envejece; por mucha crema antiarrugas y tratamientos que nos quieran vender, arrugarnos y perder elastina y colágeno en el proceso es parte de ganar experiencia y aprovechar la vida. Por tanto, los siguientes consejos entran dentro de una lógica: la de entender que el tatuaje sobre una piel madura se verá como corresponde.
Sin embargo, es verdad que podemos proteger nuestros tatuajes con unos cuidados básicos.
- El sol en exceso: el mayor enemigo de la piel
El sol siempre, siempre, siempre hay que tomarlo con protección solar. Da igual que sea julio o noviembre; el FPS nunca está de más, cuanto más alto, mejor. Los tatuajes muy expuestos al sol envejecen antes, por lo que, si no se pueden tapar, lo mejor es protegerlos con 50+.
- Cuidarlos desde el primer momento
El tatuaje es una herida, por lo que asegurar que se cure bien es crucial para que el dibujo quede lo mejor posible. Seguir todas las instrucciones dadas por el tatuador/a es el primer paso para asegurar que brillará allá por donde pase.
- Tinta negra
La tinta negra es la mejor opción si queremos un tatuaje que perdure en el tiempo sin problemas. Las tintas de colores suelen borrarse más rápido y pierden su tono.
- No escatimes
El mejor consejo que podemos dar para que un tatuaje se haga bien y aguante en el tiempo es que no vayas a un sitio barato, que utilice tintas baratas o pagues los servicios de un tatuador que no sea muy profesional. La verdadera manera de que un tatuaje se haga bien consiste, en gran medida, en la técnica y la experiencia; merece la pena dejarse en las manos de alguien muy formado que sabe lo que hace para un diseño que nos acompañará siempre.
Mucho mimo, poco sol y un buen tatuador/a son las claves de la longevidad de un tatuaje.